jueves, 1 de junio de 2017

Recomendación del alma

Recomendación del alma

Señor, Dios mío, ya desde ahora acepto de buena voluntad, como venida de vuestra mano, cualquier género de muerte que os plazca enviarme, con todas sus angustias, penas y dolores.
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? Romanos 8, 35
Si vivimos, vivimos para el Señor,
y si morimos, morimos para el Señor. Romanos 14, 8
El Señor es mi luz y mi salvación. Salmo 27
Sediento estoy de Dios, del Dios que me da vida. Salmo 42
Mi alma tiene sed del Dios vivo. Salmo 25
Señor, mi Dios, a ti levanto mi alma, en ti confío. Salmo 25
En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Juan 14, 2
Yo quiero que allí donde estoy yo,
estén también conmigo, dice Jesús. Juan 17, 24
Jesús, José y María, asistidme en mi agonía.

Lecturas Bíblicas

SALMO RESPONSORIAL (23)

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta,
en verdes pastos él me hace reposar
y adonde brota agua fresca me conduce. R.
Fortalece mi alma,
por el camino del bueno me dirige,
por amor de su nombre. R.
Aunque pase por quebradas muy oscuras,
no temo ningún mal,
porque tú estás conmigo,
tu bastón y tu vara me protegen. R.
Me sirves a la mesa frente a mis adversarios,
con aceites tú perfumas mi cabeza
y rellenas mi copa. R.
Me acompaña tu bondad y tu favor
mientras dura mi vida,
mi mansión será la casa del Señor
por largo, largo tiempo. R.

EVANGELIO Juan 6, 37-40

Jesús resucitará a los suyos de la muerte y les dará la vida eterna.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan

Jesús dice:
«Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mí,
y yo no rechazaré al que venga a mí,
porque yo he bajado del cielo,
no para hacer mi propia voluntad,
sino la voluntad del que me ha enviado.
Y la voluntad del que me ha enviado
es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado,
sino que lo resucite en el último día.
La voluntad de mi Padre
es que todo hombre que ve al Hijo y cree en él
tenga la vida eterna:
y yo lo resucitaré en el último día». 
                                                                 Palabra del Señor

Letanía de los Santos

Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Santa María, Madre de Dios,                Ruega por él /ella
Santa Madre de Dios
San Miguel
San Gabriel
San Rafael
Todos los santos ángeles y arcángelesde Dios,
Abraham, nuestro padre en la fe
David, jefe del pueblo de Dios
Todos los santos patriarcas y profetas
San Juan Bautista
San José
San Pedro y san Pablo
San Andrés
San Juan
Santa María Magdalena
San Esteban
San Ignacio de Antioquía
San Lorenzo
Santas Perpetua y Felícitas
Santa Inés
San Gregorio
San Agustín
San Atanasio
San Basilio
San Martín
San Benito
San Francisco y Santo Domingo
San Francisco Javier
San Juan Maria Vianney
Santa Catalina
Santa Teresa de Jesús
Aquí se pueden incluir otros santos.
Santos y santas de Dios Líbralo(a), Señor
Muéstrate propicio
De todo mal
De todo pecado
Del poder de Satanás
En el momento de su muerte
De la muerte eterna
En el día del juicio
Por tu encarnación
Por tus sufrimientos y tu cruz
Por tu muerte y resurrección
Por tu retorno glorioso al Padre
Por el don del Espíritu Santo
Por tu nueva venida gloriosa
Nosotros, que somos pecadores Te rogamos, óyenos
Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad
Conduce a N. a la vida eterna,
que le prometiste en el bautismo te rogamos, óyenos
Resucítalo(a) en el último día,
pues él (ella) comió el pan de la vida
Haz que N. comparta tu gloria,
pues ha compartido tus sufrimientos y tu muerte
Jesús, Hijo de Dios vivo
Cristo, óyenos Cristo, óyenos
Señor Jesús, escucha Señor Jesús, escucha nuestra oración

Preces de la Recomendación del Alma

Cuando parezca cercano el momento de la muerte, se pueden rezar alguna de las siguientes oraciones:

1. Hermano(a) mío(a),
te pongo en manos de Dios todopoderoso,
para que vuelvas al mismo que te creó
y te formó del polvo de la tierra.
Cuando salgas de este mundo,
que vengan a tu encuentro la Santísima Virgen María,
los ángeles y todos los santos.
Nuestro Señor Jesucristo,
que quiso morir por ti en la cruz,
te libre de la muerte eterna.
El Hijo de Dios vivo te lleve a su Reino
y te reconozca entre sus ovejas, el buen pastor;
que él perdone tus pecados
y te cuente entre sus elegidos;
que veas cara a cara a tu redentor
y goces de la contemplación de Dios
por los siglos de los siglos.
R. Amén.

2. V. Dale, Señor, a tu hijo(a) la eterna salvación que espera de tu misericordia.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a) de todas las tribulaciones.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a Noé del diluvio.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a Abraham de sus enemigos.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a Job de sus padecimientos.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a Moisés del poder del faraón. R.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a Daniel del foso de los leones.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a los tres jóvenes del horno ardiente y del poder de un rey inicuo.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a Susana de la calumnia.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a David de las manos de Goliat y de la persecución del rey Saúl.
R. Amén.
V. Salva, Señor, a tu hijo(a), como salvaste a Pedro y a Pablo de la cárcel.
R. Amén.
V. Por Jesucristo, nuestro salvador, que padeció por nosotros una muerte tan amarga y nos mereció la vida eterna, salva, Señor, a este(a) hijo(a) tuyo(a).
R. Amén.

Para terminar se puede rezar la Salve Regina

En el Momento de Expirar
Terminadas las preces de la recomendación del alma, mientras el moribundo lucha con la muerte, puede trazarse el signo de la cruz sobre su frente y ofrecerle un crucifijo para que lo bese, diciendo:

V. El Señor guarde tu salida de este mundo y tu entrada en su reino, en su paz y en su amor.
R. Amén.

O bien:

V. Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estén contigo, te infundan esperanza y te conduzcan a la paz de su reino.

R. Amén.

Oraciones

Oración ante el Santísimo


Oh Dios que en este sacramento admirable, nos dejaste el memorial de tu pasión. Haz que de tal suerte veneremos el misterio de tu Cuerpo y Sangre, que sintamos eternamente en nosotros el fruto de tu Redención. A ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Actos Cristianos

Acto de adoración

Omnipotente y Sempiterno Dios - humildemente postrado ante tu divina Majestad, con el más profundo respeto - te adoro y reconozco como a mi Supremo Señor, principio y fin de todas las cosas.

Acto de fe

Dios mío, porque eres verdad infalible,
creo firmemente todo aquello que has revelado
y la Santa Iglesia nos propone para creer.

Creo expresamente en ti, único Dios verdadero
en tres Personas iguales y distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Y creo en Jesucristo, Hijo de Dios, que se encarnó
y murió por nosotros, el cual nos dará a cada uno,
según los méritos, el premio o el castigo eterno.

Conforme a esta fe quiero vivir siempre.
Señor, acrecienta mi fe.


Acto de esperanza

Dios mío, espero de tu bondad,
por tus promesas y por los méritos de Jesucristo,
nuestro Salvador, la vida eterna y la gracia necesaria
para merecerla con las buenas obras que debo y quiero hacer.
Señor, que pueda gozarte para siempre.


Acto de caridad

Dios mío, te amo con todo el corazón sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y nuestra eterna felicidad:
por amor a ti amo a mi prójimo como a mí mismo,
y perdono las ofensas recibidas.
Señor, haz que yo te ame cada vez más.

Bendición ante el Santísimo

Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón
Bendita su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo, Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, si castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en su Angeles y en sus Santos. Amén.


Introducción

- Dios mío, ven en mi auxilio.

- Señor, date prisa en socorrerme.

- Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Primer gozo - El ángel Gabriel anuncia a María el Nacimiento de Jesús.

- Lc 1,30-31.38 y reflexión

- Padre nuestro, 10 avemarías y gloria

Oh María, Virgen de la escucha, tú eres la llena de gracia,
tú eres la humilde esclava del Señor.
Tú has dado libremente tu sí al anuncio del ángel
y te has convertido en madre del Hijo de Dios hecho hombre.
Enséñanos a decir siempre sí al Señor, aunque nos cueste.


Segundo gozo - María visita a su pariente Isabel

- Lc 1,39-42 y reflexión

 - Padre nuestro, 10 avemarías y gloria

Tú, María, madre del Señor, llevando a Jesús, que ha tomado cuerpo
en ti, vas a visitar con gozosa premura a la anciana prima Isabel,
para ponerte a su servicio. A tu saludo, su hijo es santificado
por la presencia del Salvador. Enséñanos, Madre de Dios,
a anunciar y llevar siempre a Jesús a los demás.


Tercer gozo - Jesús, Hijo de Dios, nace de la Virgen María.

- Lc 2,6-7 y reflexión

- Padre nuestro, 10 avemarías y gloria

Oh María, madre siempre Virgen, en la pobreza de una cueva
has dado a luz a Jesús, venido al mundo para nuestra salvación.
Tú adoras como Hijo de Dios al que has engendrado.
Guíanos por el camino de una fe viva en Jesús, nuestro Señor y Salvador.


Cuarto gozo - Unos magos de Oriente adoran al niño Jesús en Belén.

- Mt 2,1.11 y reflexión

- Padre nuestro, 10 avemarías y gloria

Oh María, pobre y humilde de corazón, enséñanos a no juzgar,
sino a confiar únicamente en la misericordia de Dios,
que no hace distinción de personas. Porque, si nuestra fe
no se traduce en obras, muchos "magos" nos irán por delante
en el reino de los cielos.


Quinto gozo - María y José encuentran al niño Jesús en el Templo.

- Lc 2,43.46.48-49 y reflexión

- Padre nuestro, 10 avemarías y gloria

Oh María, Virgen del silencio, tú saltas de gozo al encontrar
a Jesús en el templo de Jerusalén, y adoras el misterio
del Hijo de Dios Creador, que en Nazaret vive obediente a sus criaturas.
Enséñanos a buscar siempre a Jesús y a vivir en su obediencia.


Sexto gozo - Jesús resucita victorioso de la muerte y se aparece a los suyos

- Hc 1,14; 2,1-4 y reflexión

- Padre nuestro, 10 avemarías y gloria

Oh María, fuente del gozo, tú eres la madre del Señor resucitado.
Él es quien ha vencido la muerte. El es nuestra esperanza
en el camino de la vida. Enséñanos, María, a vencer la muerte del
egoísmo, para vivir en la resurrección del amor.


Séptimo gozo - María es elevada al cielo y coronada como reina y primicia de la humanidad redimida.

- Ap 11,19; 12,1 y reflexión

- Padre nuestro, 10 avemarías y gloria

Oh María, Reina de los ángeles y de los santos, coronada
de gloria y honor en el gozo sin fin del paraíso,
tú brillas delante de nosotros como estrella de la mañana.
Enséñanos, Madre, a caminar por el mundo con la mirada puesta
allá donde está el gozo auténtico y definitivo.


LETANÍAS DE LA VIRGEN
   
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Saludo a la Virgen


Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios,
que eres Virgen hecha Iglesia,
y elegida por el Santísimo Padre del Cielo,
consagrada por él con su santísimo Hijo amado
y el Espíritu Santo Paráclito,
en la que estuvo y está toda la plenitud de la gracia, y todo bien.

Salve, palacio suyo; salve, tienda suya;
salve, casa suya, salve, vestidura suya;
salve, sierva suya; salve, madre suya,
y todas vosotras, virtudes santas, que por la gracia y la iluminación
del Espíritu Santo sois infundidas en el corazón de los creyentes,
para que de infieles se vuelvan fieles a Dios.


Conclusión


Oremos: Oh Dios, que en la gloriosa resurrección de tu Hijo has devuelto la alegría al mundo entero, concédenos por intercesión de la Virgen María poder gozar de las alegrías sin fin de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.



miércoles, 31 de mayo de 2017

Oraciones Franciscanas

Alabanzas al Dios Altísimo
Francisco ha meditado las palabras del Señor en su corazón

(Forma A)

1Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas (Sal 76,15). 
2Tú eres fuerte, tú eres grande (cf. Sal 85,10), 
tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo (Jn 17,11), rey del cielo y de la tierra (cf. Mt 11,25). 
3Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses (cf. Sal 135,2), 
tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero (cf. 1 Tes 1,9). 
4Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia (Sal 70,5), 
tú eres belleza, tú eres mansedumbre, 
tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, 
tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, 
tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
5Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector (Sal 30,5), tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza (cf. Sal 42,2), tú eres refrigerio. 
6Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, 
tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, 
tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, 
Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

(Forma B)



Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas. Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción. Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio. Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

(Forma C)

Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio.
Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

Saludo a la Bienaventurada Virgen María (Sal VM)

El Hijo de Dios recibió de la Virgen "la carne verdadera de nuestra humanidad y fragilidad". (2CtaF4)

1Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, que eres virgen hecha iglesia 2y elegida por el santísimo Padre del cielo, a la cual consagró Él con su santísimo amado Hijo y el Espíritu Santo Paráclito, 3en la cual estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien. 4Salve, palacio suyo; salve, tabernáculo suyo; salve, casa suya. 5Salve, vestidura suya; salve, esclava suya; salve, Madre suya 6y todas vosotras, santas virtudes, que sois infundidas por la gracia e iluminación del Espíritu Santo en los corazones de los fieles, para que de infieles hagáis fieles a Dios.


Saludo a las Virtudes (SalVir)
¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor, 
de quien venís y procedéis.

1¡Salve, reina sabiduría!, el Señor te salve con tu hermana la santa pura sencillez. 2¡Señora santa pobreza!, el Señor te salve con tu hermana la santa humildad. 3¡Señora santa caridad!, el Señor te salve con tu hermana la santa obediencia. 4¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor, de quien venís y procedéis.
5No hay absolutamente ningún hombre en el mundo entero que pueda tener una de vosotras si antes él no muere. 6El que tiene una y no ofende a las otras, las tiene todas. 7Y el que ofende a una, no tiene ninguna y a todas ofende (cf. Sant 2,10). 8Y cada una confunde a los vicios y pecados.
9La santa sabiduría confunde a Satanás y todas sus malicias. 10La pura santa sencillez confunde a toda la sabiduría de este mundo (cf. 1 Cor 2,6) y a la sabiduría del cuerpo. 11La santa pobreza confunde a la codicia y avaricia y cuidados de este siglo. 12La santa humildad confunde a la soberbia y a todos los hombres que hay en el mundo, e igualmente a todas las cosas que hay en el mundo. 13La santa caridad confunde a todas las tentaciones diabólicas y carnales y a todos los temores carnales (cf. 1 Jn 4, 18). 14La santa obediencia confunde a todas las voluntades corporales y carnales, 15y tiene mortificado su cuerpo para obedecer al espíritu y para obedecer a su hermano, 16y está sujeto y sometido a todos los hombres que hay en el mundo, 17y no únicamente a solos los hombres, sino también a todas las bestias y fieras, 18para que puedan hacer de él todo lo que quieran, en la medida en que les fuere dado desde arriba por el Señor (cf. Jn 19,11).


CÁNTICO DEL HERMANO SOL [Cánt]
o
ALABANZAS DE LAS CRIATURAS



1Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
2A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
3Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
4Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
5Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.
6Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
7Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
8Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.
9Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.
10Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
11Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.
12Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
13¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
14Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.