miércoles, 31 de mayo de 2017

Oraciones Franciscanas

Alabanzas al Dios Altísimo
Francisco ha meditado las palabras del Señor en su corazón

(Forma A)

1Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas (Sal 76,15). 
2Tú eres fuerte, tú eres grande (cf. Sal 85,10), 
tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo (Jn 17,11), rey del cielo y de la tierra (cf. Mt 11,25). 
3Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses (cf. Sal 135,2), 
tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero (cf. 1 Tes 1,9). 
4Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia (Sal 70,5), 
tú eres belleza, tú eres mansedumbre, 
tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, 
tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, 
tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
5Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector (Sal 30,5), tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza (cf. Sal 42,2), tú eres refrigerio. 
6Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, 
tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, 
tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, 
Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

(Forma B)



Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas. Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción. Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio. Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

(Forma C)

Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio.
Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

Saludo a la Bienaventurada Virgen María (Sal VM)

El Hijo de Dios recibió de la Virgen "la carne verdadera de nuestra humanidad y fragilidad". (2CtaF4)

1Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, que eres virgen hecha iglesia 2y elegida por el santísimo Padre del cielo, a la cual consagró Él con su santísimo amado Hijo y el Espíritu Santo Paráclito, 3en la cual estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien. 4Salve, palacio suyo; salve, tabernáculo suyo; salve, casa suya. 5Salve, vestidura suya; salve, esclava suya; salve, Madre suya 6y todas vosotras, santas virtudes, que sois infundidas por la gracia e iluminación del Espíritu Santo en los corazones de los fieles, para que de infieles hagáis fieles a Dios.


Saludo a las Virtudes (SalVir)
¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor, 
de quien venís y procedéis.

1¡Salve, reina sabiduría!, el Señor te salve con tu hermana la santa pura sencillez. 2¡Señora santa pobreza!, el Señor te salve con tu hermana la santa humildad. 3¡Señora santa caridad!, el Señor te salve con tu hermana la santa obediencia. 4¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor, de quien venís y procedéis.
5No hay absolutamente ningún hombre en el mundo entero que pueda tener una de vosotras si antes él no muere. 6El que tiene una y no ofende a las otras, las tiene todas. 7Y el que ofende a una, no tiene ninguna y a todas ofende (cf. Sant 2,10). 8Y cada una confunde a los vicios y pecados.
9La santa sabiduría confunde a Satanás y todas sus malicias. 10La pura santa sencillez confunde a toda la sabiduría de este mundo (cf. 1 Cor 2,6) y a la sabiduría del cuerpo. 11La santa pobreza confunde a la codicia y avaricia y cuidados de este siglo. 12La santa humildad confunde a la soberbia y a todos los hombres que hay en el mundo, e igualmente a todas las cosas que hay en el mundo. 13La santa caridad confunde a todas las tentaciones diabólicas y carnales y a todos los temores carnales (cf. 1 Jn 4, 18). 14La santa obediencia confunde a todas las voluntades corporales y carnales, 15y tiene mortificado su cuerpo para obedecer al espíritu y para obedecer a su hermano, 16y está sujeto y sometido a todos los hombres que hay en el mundo, 17y no únicamente a solos los hombres, sino también a todas las bestias y fieras, 18para que puedan hacer de él todo lo que quieran, en la medida en que les fuere dado desde arriba por el Señor (cf. Jn 19,11).


CÁNTICO DEL HERMANO SOL [Cánt]
o
ALABANZAS DE LAS CRIATURAS



1Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
2A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
3Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
4Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
5Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.
6Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
7Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
8Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.
9Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.
10Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
11Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.
12Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
13¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
14Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.